
¿CÓMO NOS AYUDAN LOS ROCIADORES EN UNA SITUACIÓN DE INCENDIO?
Seguramente hayas oído hablar de ellos, pero desconozcas sus funciones y lo interesante de protegernos de un incendio de manera inmediata.
Los rociadores automáticos son los principales detectores y extintores de incendios. Estos sistemas son silenciosos a la vez que nos protegen en todo momento sin necesidad de estar en constante vigilancia.
Nos van a permitir sofocar el incendio gracias a su pronta alerta y capacidad de rociar agua u otro elemento extintor de forma inmediata tras detectarlo.
Gracias a estos rociadores, y en la mayoría de tipos de incendio (salvo los que no se pueden extinguir a base de agua) podremos controlarlo salvaguardando los inmuebles del espacio incendiado.
Estudios nos demuestran que, gracias a la instalación de rociadores automáticos, 9 de cada 10 incendios que se han producido han conseguido controlarlo de manera autónoma sin necesidad de intervención humana, protegiendo a mayor escala el bien y su mobiliario.
Dónde suelen instalarse los rociadores automáticos:
Su instalación suele estar dirigida a todo tipo de edificios e inmuebles en general que tengan peligro de accidentes por maquinaria o por el volumen de gente que los habita.
Aparte de atacar directamente a la zona incendiada, se expandirá su protección refrigerante a la superficie en general. Por lo que evitaremos dañar estructuras que sujeten el edificio.
Existen diferentes variantes de rociadores, unos en polvo, otros de agua a presión, etc. Según el tipo de elementos que componen el habitáculo, tendremos que instalar un tipo u otro de rociadores. Por ejemplo, a un museo le convendrá más un rociador de agua a presión que de polvo. Por lo que será importante, evaluar los espacios y elementos que lo componen para mejorar la protección y vida de los mismos.
- Los dos tipos de rociadores automáticos más comunes:
- Los rociadores de tubería. Podemos encontrar dos tipos: rociadores de tubería seca o húmeda.
- Los rociadores de tubería seca: suelen utilizarse en lugares en los que las temperaturas son muy bajas y peligra que el agua se congele. Se componen a base de nitrógeno y aire.
- Los rociadores de tubería húmeda: son los que contienen agua a presión. A través de un detector cuando existen altas temperaturas. Es el más común y simple a la vez que el más fiable.
También podemos encontrar otro tipo de rociadores como los de acción previa o los de diluvio.
Si quieres proteger tu negocio u hogar, ponte en contacto con profesionales que te asesoren de las particularidades de tu situación.